Análisis del 22-M: la marea azul.


Ya ha pasado el día de las elecciones y lo que se vislumbra es un color mayoritario en todas las provincias y ayuntamientos de la Comunidad Valenciana, el azul. Ha ganado el Partido Popular en lo que popularmente, valga la redundancia, se denomina “por goleada”. Si algo ha quedado claro, es que la ciudadanía ha pasado de la trama Gürtel y no ha castigado al President Camps por ello, sino que sale fortalecido al haber aumentado en un diputado.

Otra conclusión que podemos obtener de estos resultados es que el PSPV tiene un largo camino que recorrer si quiere gobernar en la Comunidad Valenciana, los votantes descontentos de este partido han declarado que no quieren a Alarte como candidato, pese que indica que no tiene intenciones de dimitir. El descontento de los votantes de la izquierda valenciana se ha traducido en un ascenso importante de la CoalicióCompromis, que se convierte en la tercera fuerza del parlamento valenciano. Esquerra Unida también sufre pérdidas y entra en juego otro partido UPyD que si bien en estos comicios no obtiene representación se queda a una diferencia de 12.000 votos respeto a Esquerra Unida.

La Comunitat Valenciana ha sido una de las comunidades donde ha habido más participación, un 71,46% y ésta ha sido para apoyar masivamente el programa del Partido Popular, aunque hay que señalar que ha retrocedido en 68.855 votos respecto a las anteriores autonómicas, pero esta pérdida no se puede comparar con la del PSPV, que pierde cinco escaños y no llega al 30% que se había fijado como la barrera psicológica de lo que sería la catástrofe o la dignidad.

A nivel municipal, el PP ha logrado arrebatar la PSPV feudos históricos como Gandía o Elche, y en general en los municipios que gobernaba ha ampliado sus mayorías.
Los socialistas valencianos son los que más han sufrido el ascenso de los partidos minoritarios de izquierdas, que son los grandes beneficiados de la debacle socialista y del movimiento 15M.

Esta situación de “Marea Azul” que vive la Comunidad Valenciana, se ha extendido a toda España, donde los resultados del PSOE son los peores de la historia en este tipo de comicios, no debemos olvidar que estas elecciones se han vivido en clave nacional, y ha llevado al partido del gobierno a perder feudos tan importantes como Castilla-La Mancha, Aragón, Barcelona, Sevilla y posiblemente Extremadura si Izquierda Unida se abstiene en la investidura del presidente.

Y ante este panorama creo que hay que preguntarse, ¿qué cambios se van a producir con esta derrota electoral?, el presidente del gobierno ya ha anunciado su intención de terminar la legislatura con los apoyos que tenga en el parlamento, pero ¿está legitimado para seguir gobernando?, no solamente el PP va a presionar para que se adelanten las elecciones, sino que otros partidos como UPyD y CIU que ya lo pidieron con la crisis de la deuda española en los mercados, vuelvan a la carga.

El PSOE se ha quedado muy tocado tras las elecciones con lo que tiene que tomar importantes decisiones respecto a su futuro político, y ya empezamos a oír voces dentro del partido que piden un cambio en la dirección del partido y de sus órganos internos, puesto que Rodríguez Zapatero se va a ir con el record de ser el Secretario General con el que el PSOE consigue su peor resultado electoral, ¿podrá seguir liderando el PSOE con ese peso encima?, porque en estos momentos, el juego de alianzas que ha venido desarrollando este último año peligra, el gobierno ha sacado adelante muchas reformas gracias a los apoyos de partidos nacionalistas como el PNV o Coalición Canaria, pero en estos momentos, y tras esta debacle electoral, el gobierno de Zapatero y su partido son un equipo débil al que con toda seguridad nadie querrá unirse, por lo que habrá que esperar a ver qué sucede con la aprobación de los presupuestos. Con las manos atadas por la crisis económica, y por las medidas de ajuste que se han impuesto desde Europa, Zapatero tiene poco con lo que negociar con los nacionalistas, y estos no querrán dar su apoyo a un gobierno, que hoy por hoy, tiene los días contados.

Creo que veremos a no mucho tardar el adelanto de unas elecciones generales, que pueden ser las elecciones en las que el Partido Popular saque los mejores resultados de su historia.

Esther Puntero
Socia Asociación Valenciana de Politólogos AVAPOL
Esther.Puntero@gmail.com




Una reflexión pre 15-M





Tengo la extraña sensación de que mi voto en las próximas elecciones no interesa.


Tengo la hipótesis de que aunque (en una misma circunscripción, no vayamos a liar la madeja) para los partidos todos los votos valen lo mismo -esto es, compran el mismo cacho de diputado- no todos interesan en igual proporción, cuestión que estaría directamente relacionada con su coste obtención. Así que estoy llevando a cabo un experimento: Tengo al sujeto A esperando a que los partidos intenten comprar su voto, sin ser proactivo. Y a 10 días de campaña electoral ningún partido ha intentado venderle la moto convercerle para obtener su voto.

Perfil del Sujeto A: Veintitantos. Carrera Universitaria. Profesional en activo. En la red. Con blog sobre temática ajena a la política, pero que reconoce públicamente que la política le interesa. Activo en facebook y Twitter. Lee la prensa en Internet. No tiene tiempo para la tv y en sus traslados por la ciudad escucha los 40.

¿Es posible que, para los partidos, el coste de obtener el voto del sujeto A (esfuerzo, tiempo, recursos, etc) sea más alto de lo que están dispuestos a invertir en su consecución? ¿Sería descabellado pensar que el voto del Sujeto A sólo interesa a partir de cierto umbral?

Planteemos una función de lo que interesa un voto concreto (Intv) en relación, a priori, del valor intrínseco de ese voto (Vv), lo que le cuesta a un partido político obtener ese voto (Cv), y la inversión de la que dispone el partido para obtener votos (Invp):



f Intv (Vv, Cv, Invp)



Intentemos profundizar un poco más:


El valor del voto lo entendemos constante (en una misma circunscripción):


f Vv = Vv


Para un partido, el costo del voto de un sujeto (s) dependerá, al menos, de su posición ideológica, (Is) su identificación partidista (IPs), su compromiso partidista (CPs), y del nivel de argumentación necesario para convencerlo (As). Se trata por tanto de un función individualizada /diferente para cada sujeto:


f Cv(s) (Is, IPs, CPs, As)


Por otro lado, la inversión de un partido para conseguir votos (Inv) va a depender, al menos, de los recursos de los que dispone (Rec) y de sus expectativas de resultado (Exp).


f Inv(p) (Recp, Exp)


Como vamos a presumponerle al partido un comportamiento económicamente racional, no es ilógico considerar que se el interés del partido radicará en maximizar siempre una función de beneficio (bº):


f Bº(p) = Vv - f Cv(s)


Al considerar el valor del voto como una constante, hay que entender que el beneficio será mayor cuanto menor sea el coste. Visto de otro modo, los primeros votos que se intentarán conseguir son los que presenten un coste menor. Por lo tanto, los partidos van a invertir sus recursos y esfuerzos en los clusters / estratos de población que presenten siempre un menor coste, hasta que esa inversión disponible se agote.

Volviendo al planteamiento de la hipótesis: ¿Sería descabellado pensar que el voto del Sujeto A sólo interesa a partir de cierto umbral? ¿Sería descabellado pensar que los partidos políticos perciben el coste de obtención del voto del sujeto A como demasiado elevado, quizás por la sofisticación política del sujeto, por la necesidad de llegarle a través de un mensaje individual, o quizás porque hay disponible muchos más votos con el mismo valor y con un coste mucho más bajo?

¿Dependerá por tanto el interés de los partidos en conseguir el voto del sujeto A de sus posiblidades de inversión, y de la cantidad disponible de votos de igual valor que el de A a menor coste?



Intv(A) (Invp, nºv (Vv=Vv(A) u Cv<Cv(A)))


¿Qué variables echáis en falta vosotros en este razonamiento?


A dos días de las elecciones, quizás A se haya cansado de esperar.



Diana E Valero LópezSocia Fundadora Asociación Valenciana de Politólogos AVAPOL
Diana.Valero@uv.es