Campaña 2011, comportamiento político del votante

Estrategias acertadas o fallidas, medidas y mensajes contrapuestos de los partidos, una campaña electoral con quizás más miga de la que aparentaba. Quisiera que partiéramos analizando el posicionamiento inicial de los partidos en la pasada campaña y el comportamiento político del votante en las urnas, si bien no es posible de forma profunda por la extensión, al menos si un pequeño recorrido. ¿Empezamos?


Todos sabíamos de la delicada situación que partía el PSOE para convencer (razón) más que persuadir a sus votantes, no sin dejar de intentar la persuasión (emoción) también como arma electoral, eso si, por canales de comunicación distintos. Respecto al uso de la emoción ni que decir tiene que es un arma cada vez más recurrida para la captura del votante, y no por ello se consigue siempre el efecto deseado. Una vez  apenas rozado el campo del Neuromárketing político, considero conveniente ligar y tratar el Cleveage que se activa de forma intensa durante todas las campañas electorales, y que en esta ocasión ha sido un arma de doble filo para el partido en el gobierno. Me refiero al Cleveage izquierda-derecha, su activación en los discursos políticos y el efecto inverso que ha sufrido el partido PSOE, con el beneficio electoral de IU y otras fuerzas que se afianzan y consolidan en el las Cortes Generales. 

No olvidemos que de los 4 millones de votantes que ha perdido el partido socialista, el PP ha ganado solamente alrededor de 600.000 votos (respecto al 2008), es decir algo más de una 1/8 parte, lo cual nos viene a decir que la volatilidad entre bloques (cambio en la decisión de voto entre bloques ideológicos distintos), en estas elecciones no ha sido la gran protagonista del comportamiento en las urnas, pero si esta vez el intrabloque (IU), e incluso otras alternativas de partidos autocalificados como progresistas (UPyD). No obstante, como he mencionado anteriormente, dentro del mismo bloque ideológico una parte del electorado de izquierdas ha sufrido una desafección ante el partido gobernante, desafección respaldada por los ajustes económicos adoptados y la disonancia entre el discurso político y las medidas realizadas por el gobierno.

Por otra parte, merece la pena mencionar como otro Cleveage Centro-Periferia ha hecho acto de presencia de distinta forma, la primera, mediante el reforzamiento de partidos nacionalistas como CIU en Cataluña o el estreno de Amaiur por parte del País Vasco, ambos con el mismo posicionamiento en dicho eje, aunque contrapuesto en el plano izquierda-derecha. La segunda, UPyD  gana fuerza siendo uno de los partidos que reactivan dicho Cleveage, pero en este caso, inclinando la balanza hacia el Centro dentro del mismo eje Centro-Periferia. Ejemplo de reactivación del eje y acompañado por el declive socialista en la Provincia de Valencia es la presencia de la Coalición Compromís en el Parlamento español.

En la Comunidad Valenciana podemos apreciar un descenso de la participación respecto al 2008, un 3,35% (110.000 votos aprox.).  Teniendo en cuenta que a nivel estatal ha descendido un 2,16%, no parece relevante en términos comparativos. Ahora bien, si observamos la evolución del voto de forma diacrónica, desde 2004-2008-2011, veremos la tendencia de concentración y polarización del voto en las elecciones de 2004 a 2008 en las dos principales fuerzas políticas de la Comunidad Valenciana (PP-PSOE), con el estancamiento del crecimiento de votos hacia el PSOE y el aumento del PP en ese período. Pero en estas elecciones el PSOE en la Comunidad ha perdido un  38.1% ( 430.000 votos aprox.) votos que han ido a parar a otras fuerzas políticas, otro reflejo de la volatilidad intrabloque, y el crecimiento de alternativas de izquierdas a nivel estatal y autonómico. Igual de llamativo es que la primera fuerza política de la Comunidad Valenciana, el PP, no ha obtenido un crecimiento de su electorado, ni un estancamiento, sino un ligero descenso de su electorado.

Las campañas han estado envueltas por un issue protagonista, el empleo, un monotema que  está instaurado como máxima preocupación para la sociedad española (CIS nº2885). Podemos encontrarnos con un cambio periodo, es decir, un cambio en el comportamiento político por circunstancias temporales, en este caso la crisis económica que estamos sufriendo. El transfondo es la vuelta de valores Postmateriales a Materiales, se superpone el cumplimiento de necesidades básicas a otro tipo de valores autorrealizativos. Evidentemente hablamos de una parte del electorado afectado y no de forma generalizada.   

En definitiva, los ciudadanos han hablado y no existe una única razón que les impulsara a decantar su voto, puesto que hay tantos motivos como pluralidad de votantes.

Ximo Valls.
Politólogo y socio de AVAPOL
@CVallsmo

1 comentario:

  1. Excelente análisis. Muy útil para tener un panorama de lo acontecido. Saludos desde México. Alejandro Elizarraras.

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