Municipal vs individual


Este fin de semana, tuve la oportunidad de conocer a un ciudadano que a su vez ejerce funciones de concejal en su municipio, el cual no alcanza mas de 800 habitantes. Feliz, me hablaba de su pueblo como uno de los mas saneado económicamente de España, donde habían conseguido gracias a una buena gestión del presupuesto, eliminar las tasas de basuras para todos los vecinos y comprar una casa cuartel para hacer un museo en el futuro.
 
Tras escuchar su experiencia, no tuve mas remedio que reflexionar sobre la manera de ejercer política; ¿por qué los representantes públicos de localidades con mayor población suelen hacer política para beneficio propio y no para los ciudadanos del mismo? ¿ Sanear las cuentas municipales y que éstas se caractericen por la transparencia es tan complicado en mas del 80% de los municipios españoles? ¿Hacer política en grandes municipios es tan complicado que no son capaces de equilibrar sus acciones en favor de los ciudadanos?
 
Está claro que no es igual gobernar para mil que para un millón pero si existirán practicas políticas en los Ayuntamientos que sean equiparables.
 
Hablando de manera general, donde siempre existirán excepciones, las diferencias dentro del ámbito político a pequeña y mediana o grande escala son visibles sobre todo en 3 aspectos:
 
  • A quién se vota: Persona Vs Partido: Es conocida la diferencia existente entre votar en un micromunicipio y hacerlo en uno de tamaño medio o grandes urbes. Mientras que en unos prima la personalización del voto, donde es clave votar a una determinada persona del pueblo con relación con el mismo y que inspire confianza siendo indiferente el partido por el cual se presente a elecciones, en los demás municipios la votación es al grupo ideológico mas cercano con sus ideas políticas, sin importar si el cabeza de lista tiene conocimiento o no de la localidad en la que se presenta. En éstos últimos manda la ideología del partido.
  • Maneras de ejercer política: Ciudadanos Vs Cargo público. Si pensamos en un pleno municipal, vendrán a nuestra cabeza acalorados debates entre partidos cargados de opiniones diferentes sobre tomar una determinada decisión que afecte a los ciudadanos o no, ver como no se ponen de acuerdo para llevar a cabo iniciativas conjuntas, aunque realmente sean beneficiosas para la población a la que gobiernan. Es en las medianas y grandes localidades donde solemos tener la sensación de que lo que necesitan los vecinos no es tenido en cuenta por sus gobernantes, que dan mas importancia a tumbar las ideas del equipo opositor frente a las necesidades de los ciudadanos. Sin embargo, si pensamos en municipios pequeños, las decisiones se consensúan entre todos, sean del partido que sean, y los acalorados debates de otros municipios dan paso a un ideal político donde lo importante siempre son sus vecinos.
  • Comunicación hacia el exterior: Transparencia Vs Información: Es mucho mas fácil entender las cuentas del Ayuntamiento de un micromunicipio que de uno de capital de provincia. También es cierto que tanto las porciones a repartir como la tarta son bastante mas grandes, pero la dinámica de realización de balances y estructuras son semejantes. Similares e imposibles de entender en algunos casos. Por otro lado, mientras que de grandes y medianos consistorios conocemos sus prácticas, sean buenas o malas, aunque sean estas últimas las que predominen en las informaciones que recibimos los ciudadanos gracias a los medios, el desconocimiento sobre las acciones llevadas a cabo por pequeños ayuntamientos es total.
Por tanto, es de vital importancia conocer como se actúa en los Ayuntamientos de nuestro país, tanto de grandes municipios como de pequeñas localidades y tomar lo mejor de cada uno. La existencia de diversos foros donde asistan nuestros representantes políticos y pongan en común su visión y experiencias como cargo público, serían una herramienta de gran ayuda a la hora de llevar a cabo política municipal en esencia.

Hasta que unos no aprendan de los otros y se den cuenta de que lo importante en política es el ciudadano antes de su lucro personal, seguiremos envidiando los buenos quehaceres políticos de los micromunicipios españoles.

Diana Rubio.
Politóloga y socia de AVAPOL
@driecel

Honradez y transparencia en la era de la comunicación


Lo que cuenta es el exterior. En la era de internet, la globalización y la comida rápida el individuo debe adaptarse a una vida fugaz sin poder detenerse en los pequeños detalles. Por esto, la información debe ser triturada y enlatada para su fácil absorción. Aquello que no está bien procesado es posiblemente indigerible y por ello no podemos culpar al individuo que no pruebe bocado. Si una fábrica quiere vender un producto debe hacerlo atractivo al consumidor. No importa que una idea, artículo, persona o cosa sea inútil, ineficaz o inconveniente. Todo tiene compradores potenciales (y será vendido) si la seducción es adecuada. Con este fin son constante objeto de estudio la comunicación y la mercadotecnia.
 
Si una bomba de relojería frenara el tiempo los pequeños detalles recobrarían importancia, el individuo volvería a examinar con detalle cada aspecto de su vida y cuestionaría a cada empresa, política o mandatario. ¿Y si ésto hubiera ocurrido ya? La crisis económica y social ha sido como un tsunami que ha puesto en tela de juicio la solidez de los pilares de nuestro sistema. El individuo ahora dispone de tiempo y determinación para descubrir qué es lo que ha fallado, busca culpables en el caos y ya no hay político, empresario o banquero que se salve. Hoy todo es cuestionado, los ciudadanos queremos saber cómo se gestiona nuestro dinero, deseamos conocer la verdad detrás de cada política y exigimos por encima de todo la honradez y la transparencia de nuestros cargos públicos.P
 
Pero a pesar de que el individuo está ávido de conocimiento y es más crítico que nunca con sus dirigentes, hay una sensación generalizada de que en realidad no ha cambiado nada. Ni los políticos parecen estar dispuestos a darle la vuelta al status quo, ni los ciudadanos manifiestan una verdadera voluntad de cambio. ¿Cómo es posible esta paradoja?
 
En primer lugar, hay que comprender que el mundo todavía no se ha derrumbado bajo los pies del individuo. Está descontento y furioso porque las cosas no están yendo como se suponía que debían ir. Hay un malestar bastante extendido y miedo a la incertidumbre de lo que está por venir. Muchas familias se han encontrado sin un hogar propio y sin sueldos para mantener a la familia. La muchedumbre empieza a salir a la calle descontenta con los nuevos impuestos y ajustes que se hacen cada día. Pero todavía hay espacios para respirar. Las familias se reúnen para afrontar los malos tiempos unidas y hay esperanza en que nuestros dirigentes encuentren pronto una solución al problema. Además, la Tierra simplemente sigue girando y la maquinaria de nuestro sistema, aunque haya perdido algunas piezas y sus engranajes chirríen, sigue funcionando, como una lavadora vieja y destartalada que sabemos que debemos retirar pero que de momento sigue lavándonos la ropa.
 
En segundo lugar, los grandes poderes del Estado y el mercado siguen haciendo bien lo que saben hacer, comunicar y venderse. Las estrategias comunicativas de organismos públicos y empresas todavía son herramientas eficaces para esconder el polvo bajo la alfombra. Una cortina de humo es una excelente táctica para desviar la atención del público de cualquier problema real. Unas fotos en familia, juegos de luces y apariciones estelares son ingredientes perfectos para narrar una historia comprensible para los espectadores. No importa lo que dicen o hacen nuestros políticos, lo único que interesa a la comunicación es que la gente entienda el mensaje (Frank Luntz). Que un político no sea honrado u honesto es irrelevante, solo ha de parecerlo. Eligiendo las palabras adecuadas puede transmitirse una atmósfera de serenidad y de que se está haciendo todo lo posible para atajar el problema.
 
Por último, aunque los ciudadanos desean encarecidamente que nuestras élites procedan de forma más honrada y transparente, la verdad es que no están preparados. No quiere decir que no se lo merezcan (de hecho, no habría nada más deseable hoy), pero todavía no existe una verdadera cultura democrática en nuestra sociedad. Basta con acudir a las elecciones internas de una universidad, un sindicato, una asociación de vecinos o una pequeña agrupación de barrio de cualquier partido político para darse cuenta de que no sirven los estatutos o reglamentos internos para lograr unos comicios sin incidentes. Cuando el premio es el poder (aunque sea insignificante) reina la ley de la selva y con bastante frecuencia se hará uso de la pillería. Es precisamente en elecciones de bajo relieve donde se perciben tácticas como el control del voto (dando papeletas en mano o poniéndolas en lugares visibles para que el votante se sienta observado al cogerla), presiones y amenazas, compra-venta de votos y cargos dentro de la organización, ocultaciones de censos (o entrega de censos falsos o con datos erróneos), desembarcos (la espectacular aparición de decenas o cientos de personas que jamás habían sido vistos por la asociación o agrupación)...
 
Vivimos en una época convulsa y como tal es lícito buscar nuevas fronteras que reajusten nuestro sistema logrando una mayor honradez y transparencia de las élites, pero si no nos exigimos esto mismo en todos los ámbitos de la vida, si no nos dirigimos hacia una cultura de responsabilidad democrática, difícilmente se lo podremos pedir a nuestros dirigentes. Hemos de evitar convertir todo proceso electoral en un concurso de popularidad, donde no gana el que mejores cualidades tiene sino el que más amigos consigue llevar a votar. Por otro lado, el arte de comunicar debe retomar su papel original, el de cauce transmisor de ideas, porque incluso las mejores políticas no sirven de nada si no son entendidas por sus destinatarios. Es deber de nuestros representantes comunicar con sinceridad, pero la comunicación es inane si no se dirige hacia una población educada en todos estos valores y dotada de un sentido de la responsabilidad y de la crítica.
 
Sergio J. Ramis.
Politólogo y socios de AVAPOL

Las Expectativas mataron al prestidigitador.

El Presidente Obama y el Sr. Romney se presentaban ante la audiencia global (si, las elecciones en USA ya no les conciernen solo a ellos) con una ligerisima ventaja a favor del Presidente, alimentada en gran medida por los graves fallos de comunicación de su rival.
 
La noche le era propicia, se enfrentaba cara a cara con su rival en una lid que no le era ajena y en la que muchos le consideraban especialista, la bancada demócrata estaba tranquila. Frente a el, un mormón, esforzado aplicado y de estética aseada pero con fama de tener la lengua muy suelta, recordamos que viene de insultar al 47 % de la población estadounidense y antes lo había hecho con la ciudad de Londres, la comunidad Palestina y repetidas veces con Grecia e incluso España.
 
Repito, todo le era propicio, incluso era su aniversario, una oportunidad de lucirse, de mostrar ese gran orador que encandilo América y el mundo en la campaña de 2008.
 
No fue lo que ocurrió, Obama perdió el debate del fondo y de las formas. Se mostró dubitativo, inconcluso, sin ritmo ni energía, tal vez cansado, inmundo su discurso de “ehs” y muletillas, no ejerció de Presidente, ni siquiera de candidato, salió al encerado con bolígrafo y chaqueta de profesor, en concreto de un mal profesor.
 
Frente a el, un candidato seguro, claro y conciso, hablando por puntos y sin utilizar muletillas. Pero lo más determinante, al menos en mi opinión, fue que Romney sorprendió causando una buena impresión, que por no esperada tiene aun mayor valor. Romney mostró el aplomo de un comandante en jefe y la claridad de ideas de un empresario cuajando una notable actuación y cuyo eco se ve potenciado por la falta de expectativas y valor de la comparación.
 
Los datos hablan por si solos, para la CNN fue un Romney 67% vs Obama 25% y para la CBS Romney 46% vs Obama 22% todas las encuestas arrojan datos similares.
 
La derrota de Obama fue doble y rotunda. En primer lugar por que perdióm claramente y en segundo lugar por que la nación estaba convencida de que ganaría.
 
Dos días antes del gran debate, Gallup hacia publico un estudio donde se afirmaba que el 57% de los norteamericanos esperaban una victoria de Barack Hussein Obama II frente a un 33% de la población que esperaba que el candidato republicano se hiciera con la victoria. Uno puede caer alto cuando su respaldo esta en la alturas y para el Presidente, esos 25 puntos son una posición muy elevada.
 
Las expectativas están matando a Obama por que se enfrenta a su narrativa y nos demuestran que el presidente ha perdido su magia. En el debate de ayer el 61% de la población confesó que el Presidente había estado peor de lo esperado y para el 15% de la población que confiesa que los debates pueden cambiar su opinión es mucho, muchísimo.
 
Obama tiene tiempo de volver a ser el que fue, pero para que América le siga no puede limitarse a hacerlo bien, tiene que volver a brillar, a ser ese gran prestidigitador.
 
Álvaro E. Ortuño
Desde Washington,  Politólogo y socio de AVAPOL

De tú a tú: D. Antonio Colomer Viadel, Catedrático Dº Constitucional.UPV


El profesor Dr. D. Antonio Colomer Viadel es Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Politécnica de Valencia, Director del Area de Derecho Constitucional y Presidente de la Federación Internacional de América Latina y el Caribe (FIEALC).

Llegamos al despacho de D. Antonio Colomer Viadel, quien nos recibe con un pie en el estribo para su marcha a América Latina,

Carmen Ventura: ¿cuál es su periplo en esta ocasión?

Antonio Colomer: En unos días viajo a Río de Janeiro en cuya Universidad he sido invitado a pronunciar una conferencia en un encuentro internacional sobre los procesos civilizatorios y la crisis del capitalismo contemporáneo. El  9 de septiembre viajo a Bogotá en donde presentaremos nuestro Manual sobre Capacitación para la Economía Solidaria y el Desarrollo Comunitario. A partir del día 11 estaré en Cartagena de Indias, Colombia, en la Inauguración del Congreso de la Sociedad Latinoamericana sobre América Latina y el Caribe (SOLAR) y aún tengo que asistir el 17 en Tunja a la Universidad Tecnológica y Pedagógica de Colombia para otra conferencia sobre nuestro Manual y el posible inicio de un curso de doctorado sobre Derechos Humanos que organizaré en colaboración con esa Universidad.

C.V: A sus casi 70 años lleva una actividad frenética y eso que aún no ha empezado el curso. ¿Cuáles son sus proyectos para este nuevo curso escolar?

A.C: Creo que una de las claves de la vitalidad es tener ocupada toda tu actividad con tareas que tengan un sentido profundo para ti y que den satisfacción a tu quehacer. En este sentido me consideraría bastante joven aunque el organismo a veces te llama la atención.

En octubre, posiblemente viajaré a Turquía como Presidente de la FIEALC donde el año próximo se celebrará el Congreso siguiente organizado por la Universidad de Ankara, que como sabes, el XV Congreso y anterior lo organizamos nosotros en la UPV en julio de 2011 y que acabamos de publicar los tres volúmenes de actas con casi 2000 páginas que ha sido un verdadero record en estos Congresos, bajo el tema “ América Latina, Globalidad e Integración!.

Del 23 al 28 de octubre ya he aceptado la invitación de la Universidad Autónoma del Estado de México en Toluca para un Congreso que debo inaugurar con una Conferencia sobre el Estado constitucional en la época de la globalización. Y está la atención a nuestros dos Institutos: INAUCO e IBEM. Queremos publicar también a finales de octubre el número 60 de la Revista Iberoamericana de Autogestión y Acción Comunal (www.ridaa.es) del INAUCO (www.upv.es/inauco) que cumple 29 años y que el año que viene con ese aniversario redondo de tres décadas tendrá una celebración especial. También en este otoño volveremos a conceder el Premio Gigante del Espíritu como todos los años desde el 2008. También podéis tener más información a través del periódico digital del INAUCO: La Hora de Mañana (www.lahorade.es).

C.V: Tal y como se desprende de sus palabras, América Latina es su pasión, pero también muestra su preocupación por la situación actual de Europa en su reciente publicación “Un nuevo rapto de Europa”.

A.C: Por descontado tenemos el corazón y la mente dividida por esta doble condición de lo español entre Europa y América. Para mí fue una gran satisfacción ser el Codirector del Seminario del Derecho Público Europeo con la Universidad de Göttingen en Alemania entre los años 1994 al 2000. De ahí surgió un libro sobre la Alemania unificada y posteriormente otro comparativo de la integración política en Europa y en América Latina.

Haces referencia a la obra más reciente que publicamos un equipo de investigadores por mi coordinados y que debajo de ese título citado tenía un subtítulo, las encrucijadas del Tratado de Lisboa. Creo que hay que insistir en el principio de solidaridad que fue clave en la construcción europea y por otra parte, liberarse de esa dependencia de los mercados especuladores que todo lo ponen a sus servicios egoístas y usurarios.

No hace mucho, en una entrevista en el Diario el Levante-EMV hice un llamamiento a Alemania para que fuera más humilde y menos paternalista y recordase las ayudas que recibió primero con el Plan Marshall al final de la II Guerra Mundial y después en el proceso de reunificación alemana, con la comprensión de sus socios europeos.

C.V: En cuanto a las semejanzas a los procesos de integración de América Latina y Europa ¿qué se puede decir?

A.C: Paradójicamente pareciera que los elementos que facilitan la integración en el mundo iberoamericano son mayores que los que existían en Europa, el idioma, la tradición histórica y jurídica común, la religión, las costumbres y tradiciones culturales, etc Pero en Europa existían sociedades menos desiguales y con un común denominador democrático y a favor de la defensa de los derechos humanos que no se dan con la misma intensidad en los países latinoamericanos. La construcción europea se apoyó en estos valores y también en una cooperación para conseguir una mayor cohesión social, a la vez que un entramado institucional fuerte, un derecho comunitario supranacional amplio y vinculante y tribunales de justicia que podían resolver las controversias en la aplicación de ese derecho, así como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, defensor de las garantías de los mismos en todos los Estados Miembros. En general, estos aspectos no existen con el mismo desarrollo e intensidad en los procesos de integración latinoamericana.

C.V: Para concluir D. Antonio, ¿qué salida hay a la crisis actual?

A.C:  En el caso Europeo hay que recobrar el espíritu solidario de una parte y el principio de subsidiariedad que aplique respuestas de abajo a arriba. También el apoyo directo a las iniciativas locales para creación de empleo no sólo mediante asistencia financiera sino también asistencia técnica y de viabilidad de los proyectos, especialmente para los jóvenes y en aquellas iniciativas de carácter innovador y creativo.

También habría que apoyar las formas de intercambio y apoyo mutuo mediante hermanamiento de ciudades para facilitar el conocimiento de saberes locales y el canje de experiencias y también de actividades sociales, culturales y económicas, Por descontado habría que tener una posición mucho más enérgica frente a los especuladores financieros internacionales y sus cómplices internos.

Muchas gracias D. Antonio. Buen viaje

Carmen Ventura Salom
Politóloga y socia de AVAPOL
venturasalom.carmen@gmail.com
 

Escucha de veras y serás diferente


Alternativas innovadoras que den respuesta a las necesidades de todos los ciudadanos son, con el paso de cada semana, más precisas. Recientemente hemos sido espectadores del fin del verano, mirando de nuevo a los ojos de la realidad española de la que nos hacemos eco cada viernes negro. Novedades respecto a cifras de paro, la prima de riesgo y sus parientes europeas y las prórrogas de ayudas sociales intrínsecas al concepto primigenio de nuestro Estado de Bienestar, irrumpen en el espacio vital de los ciudadanos españoles, aquéllos a los que los eruditos de la Ciencia Política han clasificado tantas veces dentro de los límites de la trampa de la desafección.

Pues bien, como todo momento de crisis, se nos brinda la oportunidad de mirar bien las cartas que manejamos y repensar la jugada más estratégica. Y digo mirar bien las cartas, porque en los márgenes de la teoría en la que está circunscrito el pueblo español, no hay espacio para explicar los hechos a los que estamos asistiendo estos días. Los movimientos organizados para la ocupación de tierras han reaparecido, de nuevo en el marco andaluz, actualizándose a su versión propia del siglo XXI. Personas de multitud de localidades se han unido a este movimiento espontáneo que no responde directamente a la movilización social de un grupo concreto en defensa de sus intereses, sino de un grupo general: el pueblo español. Por primera vez estamos asistiendo a la superación de la lucha por el interés propio y hemos retrocedido a la defensa de los derechos colectivos, básicos y fundamentales para todo sujeto, con independencia de su identidad laboral. Desgraciadamente, el triunfo que como pueblo supone este hecho, recibe una explicación atroz, pues este fenómeno es indicativo de la involución de las demandas de los ciudadanos hacia los primeros peldaños de la pirámide de Maslow: la alimentación, la seguridad de empleo, de recursos, de salud y de propiedad privada.

Esta situación no puede permanecer por más tiempo detrás de la espesa niebla con la que miran los ojos de los poderes públicos. Como pueblo español estamos ante una situación crítica, con precedentes ya grabados en nuestra historia. Es momento, pues, de definir claramente el espacio que queremos salvaguardar, pues si es la intención de voto la que dirige autómatamente los hitos de política pública, únicamente el pueblo español tiene la última palabra.

Alternativas de política pública son muy específicas en esta materia. Y la reorientación de espacios públicos hacia la ayuda social ha de entrar en ese abanico de posibilidades. Si preguntásemos a nuestro Estado de Bienestar, este situaría en la intervención social uno de los pilares de referencia para alcanzar la equidad social. Pues un elemento es infranqueable llegados a este punto: la situación de inequidad en la que nos encontramos todos los seres vivos en origen. Hasta los clásicos del liberalismo político partían de esta concepción en sus teorías de justicia social. Y por ello, el modelo de estado y su red jurídica-política han estado construidos para alentar este fin. La intervención social es la realización de actividades encaminadas a dar respuesta a las demandas de los ciudadanos, obteniendo con ello una legitimidad pública. En un momento como el actual, sin duda los dos elementos que incluye esta definición son tan necesarios como críticos. Estas intervenciones sociales manejan un abanico de permutaciones ilimitado, pertinente para satisfacer la variedad de demandas de cada grupo de ciudadanos, pues en ellos reside el pasivo de nuestro sistema social y en ellos debe repercutir su correspondiente activo.

En la situación en la que se encuentra España, requerimos de una intervención inminente, muy alejada de la prescrita por parte de los organismos internacionales, y más próxima a la intervención social en el sentido más estricto de sus términos.

Patricia Vidal
Vocal 1ª Junta Directiva AVAPOL
@pvidalhurtado

Reflexiones cotidianas: a propósito de la calle vol. 1


(Véase Reflexiones cotidianas, más que nada para contextualizar)
 

Continuando con la idea de reapropiarnos del espacio público a través del análisis de las pequeñas cotidianidades caseras, hoy os propongo una reflexión a propósito de una estampa compartida. En estos días estivales me viene a la mente la imagen típica, que por suerte todavía está presente en algunos rincones de Valencia, de la gente mayor tomando la fresca delante de la puerta de su casa a la puesta del Sol. Supongo que es una imagen típica de muchos pueblos que nos hace viajar en el tiempo, cuando éramos más jóvenes y era norma salirse al fresco con el resto de vecinos y vecinas hasta la hora de cenar. Ese final de “vesprà” no sólo hay que entenderla como un comportamiento puramente refrigerador, sino como un momento de sociabilidad, en este caso, entre vecinos. Y he querido recalcar gente mayor porque son ellos los únicos que todavía sacan sus sillas de enea o de loneta (sí, sí, las de metal y tela de rayas azules o rojas para ir a la playa, y con brazos, por supuesto) para pasar los últimos instantes de la tarde. Más allá de un análisis multifactorial profundo de este hecho –hemos quedado que esto son reflexiones al paso- yo os propongo centrarnos en un aspecto. Esta gente, nacida generalmente antes de los años 50 del pasado siglo, hacía la vida en la calle, al menos en nuestro territorio, pues la entendían como una prolongación más de la casa, sería su vertiente pública. A la mínima excusa, cuando llegaba el buen tiempo, se sacaba una mesa corrida y unas sillas y se preparaba una buena cena, entendiéndose, de esta manera, la comensalidad como una vertiente más de la sociabilización de la que hablábamos anteriormente. Porque ¿acaso alguien de los aquí presentes concibe la cena de sobaquillo sin ese sentimiento de apropiación del espacio? Sí, la cena de sobaquillo es una práctica muy valenciana, que aunque muchos aluden a que se debe al carácter ‘agarraet’ del valenciano yo prefiero pensar –reflexivamente, claro- que se debe a esa presencia naturalizada del ciudadano en la calle. Y ese sentimiento de pertenencia de lo público como espacio físico y simbólico en el que estar y ser hacía que, antiguamente –reitero que son muchos los factores explicativos, pero este es uno de ellos- nuestros ahora mayores consideraran la calle como propia.
 
Con todo, y aquí finalizo mi primer reflexión cotidiana a propósito de la calle, pienso que esta práctica tan arraigada aunque en proceso de desaparición de “eixir a prendre la fresca” debemos dotarla de fundamento y entenderla, de manera orgánica, como un comportamiento naturalizado de considerar la calle como algo propio y como tal, ese sentimiento conlleva la defensa de ese espacio público compartido, que al fin y al cabo es por lo que estoy reflexionando ¿no?
 
Aida Vizcaino Estevan
Presidenta AVAPOL
@Aidaviz
 
*Fuente Imagen: Festes al Barri de Santa Ana (ara desaparegut, actual zona de la Guàrdia Civil, Benimaclet). Extraída de 46020.org

Reflexiones cotidianas: a propósito de la calle



Estos días he estado reflexionando sobre la calle y la necesidad de re-apropiarnos, como ciudadanos, nuevamente de ella. Pero diréis ¿por qué tal cosa? ¿por qué debemos re-apropiarnos de ella? Pues a mi modo de ver os diré que, en estos momentos de cambio, de crisis –en sentido absoluto- es necesario transformar nuestro día a día como paso para transformar el todo ¿no dicen que el movimiento se demuestra andando? Pues andar se anda en el día a día, de casa al trabajo, de camino a la universidad o yendo a la heladería a tomar una horchata, y no sólo andamos en las manifestaciones o cuando vamos a votar. Desde hace un tiempo, mis pensamientos se centran en la cuestión de la recuperación (sí, está perdido) del espacio público –sentido holístico- por parte de los ciudadanos porque es clave para la regeneración democrática de este siglo XXI.
 
Así pues, reflexionando, reflexionando he llegado a la conclusión que para analizar este hecho, necesitamos ir más allá de la dimensión real o física y situarnos en la simbólica, o al menos tenerla en cuenta. Es decir, la escasa presencia real que tenemos los ciudadanos en la esfera pública tiene una correlación con la simbólica, lo que se traduce en unos valores, comportamientos y símbolos asociados al espacio público. Con esto no voy a ponerme trascendental porque con estos calores no se aconseja un sobreesfuerzo mental, pero quiero reflexionar a través de unos pequeños posts sobre algunos aspectos cotidianos que reflejan esa pérdida o cómo pueden ser síntoma de esa expropiación tácita y simbólica de lo público.

Aida Vizcaino Estevan
Presidenta de AVAPOL
@aidaviz

De tú a tú: Victor Almonacid, Secretario General Ajuntament d'Alzira

Víctor Almonacid Lamelas es Secretario General de l'Ajuntament d'Alzira (Valencia), miembro del Comité Ejecutivo del Consejo General de COSITAL y Vicepresidente de Modernización y ponente habitual en cursos y seminarios sobre administración local, fundamentalmente en materia de Administración electrónica. Además en su blog “NUEVAL” reflexiona sobre éstos temas.

Salma: Buenas tardes Víctor; comencemos ¿crisis política en España?

Victor: En España, los grandes problemas políticos para mí son dos: la burocratización y la corrupción, y ambos están relacionados. En el tema de la corrupción no vale la pena extenderse en este momento. Me remito a los telediarios y la prensa, y simplemente añado que lo que sale a la luz no es más que una infinitesimal parte del iceberg. Por otra parte está el modelo de Estado territorial Español, que ha demostrado ser un fracaso. Debe renovarse o morir. Precisamente Europa es la que pone el acento en un modelo basado en las propias Instituciones europeas, por arriba, y los Ayuntamientos, por abajo. Los Estados y las Regiones son consideradas Administraciones intermedias que manejan fondos y adoptan medidas legislativas de adaptación de la normativa comunitaria. Personalmente no estoy a favor de que los Estados sean meros comparsas, pero sí de que se reafirme la importancia de los Ayuntamientos, empezando por la financiación local y el respeto a la autonomía local. Las competencias de cada Administración deberían clarificarse, a fin de evitar el solapamiento y la duplicidad; las CCAA deberían redefinirse... Las Diputaciones, lo siento mucho, desaparecer, y no lo digo en plan populista como muchas veces se hace desde la ignorancia, lo digo como profesional de la Administración Local que conoce todos o casi todos los pros y los contras. Veo más eficiente el mecanismo del asociacionismo municipal y la contratación conjunta para asegurar la prestación de los servicios públicos locales. Por último, de los OOAA, Entidades Públicas Empresariales y Sociedades Mercantiles de capital íntegramente público mejor ni hablamos. Los suprimiría todos mañana mismo.

S:¿Cuál es el rol de los cargos públicos en los tiempos tan duros que estamos viviendo? ¿Cómo deberían gobernar?

V: Personalmente no me gustaría ser Presidente del Gobierno, ni Presidente autonómico, ni Alcalde, en este momento. Se debe tener mucha vocación de servicio público, o mucha motivación del tipo que sea, para coger ahora las riendas. Los nuevos gobernantes (en los últimos meses ha habido diversos procesos electorales) han recibido herencias envenenadas nada apetecibles que dudo muy mucho que sean capaces de gestionar. Frente a esa dudosa capacidad de gestión se está imponiendo, como hemos dicho, la tecnocracia. Como Secretario de la Administración Local me hace mucha gracia que precisamente ahora todo el mundo diga que los Ayuntamientos deben funcionar de una manera más legal, eficiente y austera. Ahora se acuerdan de nosotros, particularmente de los Interventores. Admita usted que es gracioso: ahora, y no antes, debemos ser legales, eficientes y austeros. Cuando había pastel que repartir el informe del Secretario en un expediente urbanístico era poco más que una hoja caída de un árbol que se había colado en la carpeta. Yo he vivido esa época. Ahora resulta que si hubiéramos cumplido la Ley el destrozo no habría sido ni la mitad de grave. En fin, veamos el vaso medio lleno: más vale tarde... Aprovecho para reivindicar contundentemente las figuras de los Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local, eso sí, dejando claro que somos y seguimos siendo técnicos, y no órganos. Yo siempre digo que el que quiera gobernar que se presente a unas elecciones, y el que quiera hacer un informe que se presente a unas oposiciones. Cualquier otra cosa es "intrusismo", y confundir churras con merinas.

S:Víctor, dices que los habilitados de carácter estatal sois técnicos, pero yo alguna vez te he escuchado o leído decir que deberíais ser "Directivos públicos", ¿en qué quedamos?

V: Pues en que somos técnicos y podemos ser Directivos públicos, pero no órganos políticos. Tengo dos importantes matices a tu pregunta: primero, sé que legalmente se nos denomina "funcionarios de la Administración Local con habilitación de carácter estatal" o más coloquialmente "habilitados", pero me gusta bastante más la expresión, mucho más propia, de "Secretarios, Interventores y Tesoreros", y así lo he reflejado en nuestra entrada de Wikipedia que he tenido el honor de redactar. ¿Sabes que no salíamos en Wikipedia y los concursantes de Gran Hermano sí? Escalofriante, ¿verdad?... El otro matiz es que yo dije que debemos reconvertirnos en Directivos públicos (sin perjuicio de las funciones técnicas que ya desempeñamos) en un contexto de liderazgo en los procesos de modernización de los entes locales. Dichos procesos son necesarios e inevitables, y los Secretarios e Interventores debemos tener una importante presencia en los mismos. En relación con la anterior pregunta de la crisis económica, diré que no hay nada más eficiente que la Administración electrónica, ni nada más legal y transparente que la contratación electrónica. Creo que a estas alturas no es necesario volver a explicar que conceptos tales como firma electrónica, sede electrónica, perfil de contratante, notificación electrónica o factura electrónica incumben muy mucho a Secretarios e Interventores. Sin embargo todos estos mecanismos, muy beneficiosos para el sistema pero no exentos de complejidad, se deben implantar a través de un Plan de Actuación a medio o largo plazo en el que hay que superar dificultades de tipo técnico, jurídico, presupuestario y psicológico. Es aquí donde hablo de liderazgo y de Directivos públicos.

Salma Cantos Sala
Politóloga y Secretaria de Comunicación y Relaciones Institucionales de AVAPOL comunicacion@avapol.es

Administración electrónica ¿mayor transparencia?

Al hilo de diversos artículos publicados en las últimas semanas, sobre la importancia de la Administración electrónica, uno de ellos de nuestro Secretario, se afianza la idea de que el sector de la Administración, al igual que el sector privado, se encuentra en un proceso de renovación, de mejora continua a través de la integración de las tecnologías de la información y la comunicación, acercándonos paso a paso al apagón analógico de la administración.

Se desprenden claras ventajas de la utilización de la administración electrónica como pueden ser el ahorro en costes, disminución de la generación de residuos por lo que se reduce también los gastos de almacenaje y destrucción de la documentación derivada de los procesos selectivos, mejora de la eficiencia frente a los procedimientos basados en el soporte papel y reducción de los tiempos de tramitación, etc.

Junto con la idea del ahorro, una de las ideas más repetidas es que a través de la Administración Electrónica se dota de una mayor transparencia al proceso administrativo, pero
¿Qué entendemos por mayor transparencia en el proceso?

Que el ciudadano tiene acceso real a los procedimientos administrativos desde el comienzo hasta la resolución o por el contrario solo se les permite realizar determinadas solicitudes o trámites por vía telemática, consiguiendo mayor celeridad y comodidad.

¿Qué aporta en la actualidad la Administración Electrónica?

Tras un rápido repaso a los procedimientos telemáticos, la conclusión es que aporta acceso a determinadas solicitudes, sin saber ni cual es el proceso subyacente ni mucho menos la forma de toma de decisiones que por otra parte afectan a las solicitudes cursadas. Pero en ningún momento se accede al procedimiento administrativo, en sí, aunque solo sea de forma informativa.

¿Qué debería aportar la Administración Electrónica?

La posibilidad de cursar solicitudes, complementada con el acceso al proceso de toma de decisiones, todo ello cumplimentado con la descripción del procedimiento administrativo en cuestión y los plazos legales que se aplican. Seguimiento en tiempo real del iter que va desde la presentación de la solicitud hasta la resolución de la misma, que seria potestad del administrado consultar o no.

De todo lo anterior se desprende, que la Administración Electrónica, pese a lo que muchos opinen no aporta más tranparencia que un proceso por la vía convencional ya que tras la presenación de la solicitud (por vía telemática) la siguiente noticia que se obtiene de la administración es la resolución de dicha solicitud, por lo que se aporta rapidez y comodidad.

Pero si no se permite el acceso al ciudadano a los procedimientos admistrativos, tan solo se consigue una administración más eficiente pero no más transparente. La Adminsitración Electrónica se deberia rediseñar para poder ofrecer realmente transparencia, aunque esta muy bien la mejora en la eficiencia de la Administración y la reducción de plazos, eso no es transparencia es otra cosa.

Amparo García Atienza
Politóloga y socia de AVAPOL

El problema de la calidad democrática.Fernando Vallespín.

Con la Conferencia inaugural a cargo de D. Fernando Vallespín, la universidad CEU-UCH iniciaba su Universidad de verano que aunque cronológicamente recaia en primavera ha disfrutado de un tiempo veraniego, en el que hemos podido disfrutar de una programación multidisciplinar, atractiva y sugerente, tanto por los contenidos sometidos a análisis y discusión, como por la calidad de los participantes.

El planteamiento que el profesor Vallespín realiza parte del análisis que la Unidad de Inteligencia de The Economist establece para efectuar el ranking de calidad democrática de 167 países, concretamente el relativo a 2008, donde España estaba situada en el puesto 15 y donde los diez primeros países participaban de unas características comunes que apuntaban a una cultura política y a una ética pública basadas en la cultura y conciencia de la responsabilidad hacia lo público, desde el respeto absoluto al ámbito privado donde el individuo goza de plena tolerancia por parte de sus conciudadanos.

Suecia, Noruega, Islandia, Holanda, Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Suiza, Luxemburgo y Australia, según el ranking de 2008, son países con una población relativamente pequeña, con territorios también poco extensos, salvo Australia, disponen de economías potentes, con instituciones democráticas consolidadas amén de haber abrazado la Reforma protestante en el s.XVI. En el ranking de 2011, los diez primeros prácticamente continúan igual, cambia el orden, pero los países se repiten (entra Canadá, pero participa de las características citadas) y España cae el puesto 24.

En este sentido Vallespín introduce dos dimensiones de la Democracia para profundizar en el análisis, la del hardware democrático, donde sitúa el núcleo institucional, y la del software democrático, el cual nos permite procesar dichas instituciones, determinando como funcionan y como son gestionadas, para lo cual pone en valor a una sociedad civil potente y a una clase política de calidad.

La interrelación de ambas debe ayudarnos a establecer esa conciencia moral en la sociedad que demande esa ética pública y exija una corresponsabilidad que de más contenido a la Democracia, que aúne todo un conjunto de valores, promoviendo una cultura de diálogo, de confianza, crítica, con libre acceso a la información para poder elaborar un juicio sobre los componentes de una sociedad democrática y poder avanzar en su mejora y perfeccionamiento constante porque la participación de los ciudadanos en ese contexto de corresponsabilidad es lo que pone en funcionamiento las instituciones y establece un marco de convivencia cívica, más allá de la propia dimensión empírica de la Democracia.

Como peligros subyacentes al sistema, el profesor Vallespín establece unas amenazas, unos virus de la Democracia, determinados por la Tecnocracia y la complejidad de la Política, por la mediación política y la crisis de los Partidos políticos, por la apatía y alienación política, por la crisis de lo público y por la mediocracia o contaminación mediática de la Democracia.

El ciudadano se ve desplazado por el valor de los tecnócratas y su capacidad de influencia para suplantar al político, que colonizan espacios que resienten la Política desde la incomunicación que produce hablar lenguajes diferentes alejados de la calle y que el ciudadano no logra comprender, por lo que se produce un proceso de individualización que tropieza con la dicotomía ciudadano-persona, donde el ser en sociedad dimensiona al ser humano, pero a costa de erosionar la dimensión ciudadana evolucionando al ámbito de lo privado, solo recurriendo a lo público en busca de algún interés propio. Este alejamiento provoca un continuo deterioro de lo público, de las instituciones.

La Agenda política la marcan los Medios por la lógica informativa, donde lo nuevo y lo inmediato tiene prioridad y aunque la realidad no lo produzca hay que generarlo continuamente contaminando de este modo también el ámbito político que tiene que estar generando titulares por propia supervivencia. Un juego de poder peligroso que se retroalimenta y que tiene al ciudadano como mero espectador.

Por ello, el proceso de penetración de las redes sociales, el ciber-espacio, está planteando escenarios nuevos por explorar ya que ese complejo sistema de interacciones globales viene a complicar la observación de la realidad, por lo que el individuo tiende a seleccionar también la información según su perfil y preferencias, lo que nos aleja también de la disposición de una visión global. Pero no podemos olvidar que la democracia virtual debe avanzar mucho aún así como nuevos canales de participación ciudadana, como la Ley de deliberación de grupos etc. Un reto apasionante que nos debe servir de acicate para seguir perfeccionando nuestra Democracia y la creación de un demos comprometido con la Política con mayúsculas.


JuanVi Pérez
Politólogo y socio de AVAPOL

Tipologías de coaliciones políticas


Los partidos políticos aspiran a obtener la mayoría de escaños posibles en las democracias parlamentarias, pero las leyes electorales condicionan que su objetivo último sea gobernar, convertirse en clave para gobernar, o entrar en las Cámaras para influir en la actividad legislativa. En cualquiera de estos casos, los partidos deben dialogar entre sí, y en algunos casos este diálogo deviene negociación para dar soporte a un gobierno.

Cuando los resultados de unas elecciones legislativas no aseguran la mayoría absoluta parlamentaria a un solo partido, éste puede optar por gobernar en minoría, o recurrir a pactos. La doctrina recoge otras variables que influyen en la formación de gobiernos de coalición; basándonos en teorías formales, encontramos variables como la aritmética parlamentaria o el factor ideológico. Según las teorías multidimensionales, tendremos en cuenta variables como la dimensión jurídica e institucional; la dimensión electoral; la dimensión del sistema de partidos; la dimensión horizontal (o interpartidista) y la dimensión vertical (o intrapartidista) de los partidos; la dimensión motivacional (si se buscan “políticas” o “cargos”); la dimensión histórica; la dimensión de la cultura política y la opinión pública; y la dimensión externa.

Tipologías de coaliciones políticas

En los últimos sesenta años, el estudio politológico en esta materia se ha centrado en las «coaliciones de gobierno», induciendo a error en algunas ocasiones cuando se intentan estudiar las «coaliciones preelectorales». Como vimos arriba, también pueden producirse «coaliciones parlamentarias» tras unas elecciones, cuando un partido no obtiene mayoría suficiente para gobernar.

Una vez apuntados los tres tipos de coaliciones que se recogen en la doctrina, vamos a describir brevemente cada una de ellas, que comparten la característica de que las negociaciones son juegos de suma cero con dos o más actores (partidos).

El profesor Antonio ROBLES EGEA planteó una definición genérica de coalición, como «una operación matemática de integración, sin la cual ningún sistema político democrático puede crearse y mantenerse, tanto si gobierna un solo partido mayoritario, dominante o hegemónico (que lógicamente no sería uniforme), como si gobierna una coalición de partidos o grupos políticos en estrecha confianza».

Dentro de esta concepción general, encontramos estas tres tipologías:

A. Coalición electoral. Se basa en el momento en que se produce en acuerdo de colaboración. Podrán ser preelectorales o postelectorales. RENIU sigue a BOGDANOR para destacar que la existencia y naturaleza de las coaliciones electorales dependen del sistema electoral, en el mismo sentido que DUVERGER al hablar de los partidos. La coalición se fundamenta en una coalición a corto y medio plazo, fijando una estrategia política común.

Constituyen ejemplos muy gráficos la (inicialmente) coalición electoral Convergencia i Unió, que se convirtió en Federación en 2001 entre Convergència Democràtica de Catalunya y Unió Democràtica de Catalunya; en el ámbito territorial valenciano, la coalición Compromís, que integra al Bloc Nacionalista Valencià, Iniciativa del Poble Valencià y Els Verds, y que se presentó también el coalición con la formación Equo en las elecciones Generales de noviembre de 2011.

B. Coalición parlamentaria (o legislativa). Se producen generalmente ante situaciones de gobiernos minoritarios (con mayoría no absoluta). Estas coaliciones no implican necesariamente las características de una permanencia temporal o la identidad con la coalición gubernamental. DOWNS también las denomina «voting coalitions», y las clasifica en dos subtipologías:

  • 1. Stable voting coalitions. No se ceden puestos en el Gobierno, sino que se ofrecen apoyos (externos) a medio y largo plazo a cambio de concesiones. Suelen denominarse «pactos de legislatura». El acuerdo se establecerá antes de la constitución del Gobierno. Los gobiernos minoritarios de González en 1993 y Aznar en 1996 son ejemplos de esta coalición, en ambos casos con la citada coalición electoral CiU. A nivel autonómico, las últimas elecciones en Asturias han propiciado una coalición parlamentaria entre PSOE y UPyD (con el factor motivacional de las «políticas» y no los «cargos», que también tratamos en el Quadern Nº 2), y en el País Vasco hemos presenciado la ruptura de la coalición parlamentaria entre el PPE y el PSE, que puede derivar en un adelanto electoral, o la búsqueda del siguiente subtipo de coalición.

  • 2. Unstable voting coalitions. Acuerdos puntuales para mantener el Gobierno. Reciben también el nombre de «jumping majorities». La segunda legislatura de Zapatero sería un ejemplo de esta subtipología.

C. Coalición ejecutiva (o de Gobierno). Son los «gobiernos de coalición», aquellos en los que uno o varios individuos, identificados con un partido, se convierten en miembros de pleno derecho del gobierno, comprometiendo a todos los miembros de dicho partido a apoyar al gobierno en base a un acuerdo. Siguiendo con el ejemplo anterior, en Asturias las formaciones IU y PSOE acordaron el pasado 24 de mayo constituir una «coalición de gobierno». En la doctrina se han clasificado de diferentes maneras, y RENIU sigue a BOGDANOR al recoger tres tipologías: el gobierno de unidad nacional; gobierno de coalición previo a la fusión entre los partidos integrantes; y la coalición basada en el principio del poder compartido.

La coalición mínima vencedora (minimum winning coalition) será aquella que cuente con la mayoría necesaria de escaños parlamentarios, pero no incluya a ningún partido no necesario para la consecución de la mayoría.



Eli Gallardo
Politólogo y socio de AVAPOL.
@despegante

La democracia y su calidad. El caso de la UE

¿Quién ejerce el poder en la UE? ¿Quién ejerce el poder en una democracia? Si la respuesta a estos dos interrogantes concuerda, irremediablemente deberemos concluir que en la UE se ejerce el poder democráticamente. En caso contrario, convendrá desentrañar cómo se ejerce el poder en el seno de la UE.

Los antecedentes de la actual UE se remontan al periodo de entreguerras, aunque sería la II GM, auténtica “guerra civil europea”, el punto de inflexión que exigiría empezar de nuevo, reconstruir una Europa exhausta y dividida. A su vez, la incipiente globalización favoreció la eclosión de un número creciente de Organizaciones internacionales o regionales que conformaron un nivel supraestatal. Es en este nuevo nivel donde encontramos a la UE.

El proceso de integración europeo no tuvo ningún precedente histórico. La unión económica y política de Estados provistos de lenguas, culturas y tradiciones distintas se consumó por primera vez en Europa sin un plan preestablecido. En este sentido, la construcción europea se ha ido produciendo paso a paso, en respuesta a los más variados impulsos.

Más de medio siglo después, el proyecto comunitario sigue avanzando. En la actualidad siete instituciones conforman el marco de la UE. Junto a estas instituciones coexisten los denominados órganos consultivos y las Agencias, encargadas de tareas técnicas, científicas y de gestión. Un conglomerado de instituciones que no surge de un principio de separación de poderes, conforme es propio de un sistema democrático como el imperante en el conjunto de los Estados miembros. Por el contrario, el criterio diferenciador es el de la representación de intereses, es decir, cada institución está al servicio de unos intereses en particular, de modo que de la contraposición entre estos intereses se espera la obtención de un adecuado equilibrio institucional.

Este entramado institucional no ha permanecido inmutable a lo largo del tiempo, sino que ha experimentado notables transformaciones para amoldarse a las cambiantes exigencias que la propia evolución del proceso de integración exigía. Este proceso de adaptación ha pretendido corregir el déficit democrático que ha acompañado al proyecto comunitario desde su nacimiento, siendo el Tratado de Lisboa un buen ejemplo de ello. Esta última reforma incorpora un conjunto de medidas que pretenden “situar al ciudadano en el centro de la UE y de sus instituciones”. Para ello, tiene como objetivo “reavivar el interés de los ciudadanos por la UE y sus acciones”, promoviendo una “democracia europea que brinde a los ciudadanos la oportunidad de interesarse y participar en el funcionamiento y desarrollo de la UE”.

Con todo, a pesar de las últimas reformas introducidas, todo parece indicar que las reglas del juego de una organización supraestatal de tales dimensiones no casan bien con las exigencias que requiere el modelo democrático. El sistema de designación de numerosos cargos únicamente obedece a criterios de libre designación conforme a supuestos criterios de independencia y profesionalidad. La representación democrática queda limitada al Parlamento Europeo, quedando las restantes instituciones europeas en un espacio intermedio difícilmente compatible con toda representatividad o responsabilidad. Todo debe pasar previamente por el tamiz censor del Estado (los gobiernos centrales), que promueven y proponen a las personalidades que reúnen un determinado perfil, revitalizando así a la teoría clásica de la representación, donde el poder de los representantes no procede de los ciudadanos sino de la nación. Es decir, los principales miembros que encabezan el proyecto comunitario presentan una ligazón democrática con la ciudadanía difusa y, en ningún caso, directa.

Todo encaja si aceptamos que la construcción de la UE respondió en su momento al modelo de democracia consociacional propuesto por Arend Lijphart, en virtud del cual el ejercicio del gobierno se encomienda a un cartel político elitista capaz de ofrecer cierta estabilidad en el seno de sociedades con profundas divisiones. En el caso de la UE, pese al acuerdo en torno a unos valores y principios comunes, la división es consustancial si consideramos que aglutina a veintisiete Estados diferentes. Toda democracia consociacional precisa de una amplia coalición en el poder y una notable autonomía sectorial, de ahí que exista un considerable abismo entre la elite del poder y la población que permanece al margen de los entresijos gubernamentales. En definitiva hablamos de especialistas y técnicos que trabajan de manera estrecha por la culminación de ciertos objetivos.

La UE parece asentarse sobre el modelo democrático defendido por Schumpeter, es decir, una participación meramente instrumental y periódica por parte del electorado, dejando el grueso de la gestión de los asuntos públicos a un reducido colectivo de tecnócratas que, sirviéndose de una máquina funcionarial cada día más amplia, deciden en última instancia los derroteros por los que transitará el proyecto común. Dentro de esta dinámica la democracia dialógica, también conocida como discursiva o deliberativa, no parece tener un buen recibimiento. Si tuviésemos que encuadrar a la UE en uno de los dos extremos, podríamos concluir que ésta emergió desde el límite descarnado de la democracia schumpeteriana, para acabar presentando ciertos matices dialógicos, si bien el producto final sigue presentando un acusado déficit democrático. Una crítica, en última instancia, extensible a todas las grandes Organizaciones Internacionales.

Tal y como apuntaba Norberto Bobbio, “nada demuestra en mayor grado la divergencia entre lo que un gobierno democrático debería ser y lo que es, entre el ideal democrático y la democracia real o realizada, que la democracia internacional, de la que la Organización de las Naciones Unidas ha sido el primer grandioso, aunque imperfecto ejemplo”. La UE, que germinó pocos años después de la ONU, no anda lejos en materia de grandiosidad e imperfección.

Emilio Sancho Andrés
Politólogo y socio de AVAPOL.

Entrevista Hector González, Presidente de la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos APPV


“APPV y AVAPOL coincidimos en revalorizar nuestros respectivos oficios”

¿Qué panorama se encuentran los recién licenciados en Periodismo cuando tratan de entrar en el mercado laboral?.

Un panorama desolador. La crisis económica se ha cebado tanto en nuestro sector como en otros con más resonancia, caso de la construcción. La financiación de los medios de comunicación procede, en gran medida, de la publicidad. Las instituciones públicas no tienen dinero para contratarla y las empresas una de las primeras partidas que recortan es la destinada a anunciarse. Por tanto, sin dinero unos medios cierran y otros reducen personal. Todo esto lo paga el periodista, que ve cómo disminuye al mínimo la oferta laboral y cómo la que existe resulta precaria hasta unos extremos insospechados.

En esta coyuntura, ¿qué plantea la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV)?

Dignificar la figura del periodista formado y cualificado, demostrar que resulta de tremenda utilidad –y muy amortizable- para cualquier empresa o entidad disponer de un especialista en comunicar y en difundir sus actividades. También mejorar la preparación del licenciado en Periodismo e impulsar el periodismo emprendedor como salida laboral. Podríamos resumir brevemente así nuestros objetivos, aunque somos ambiciosos y pretendemos llegar a bastantes más.

¿Quién puede formar parte de su asociación?

Cualquier licenciado en Periodismo que aspire a dignificar su profesión. Únicamente ha de registrarse en la pestaña del medio digital periodistasvalencianos.es creada para ello. A partir de ahí no solo puede participar en cualquiera de nuestras actividades sino que tiene la opción de implicarse en las comisiones de trabajo y en organizar eventos que contribuyan a mejorar la formación, propiciar puntos de encuentro o impulsar el colegio profesional.

¿En qué coinciden un periodista y un politólogo?

Supongo que hablamos de personas inquietas que analizan y reflexionan sobre el entorno que les rodea y sobre el funcionamiento de nuestra sociedad. Desde el punto de vista de APPV, y creo que de Avapol, coincidimos en nuestra oposición al intrusismo y en la defensa de una praxis profesional que realce y revalorice ambos oficios. Por ese motivo el convenio firmado por ambas entidades puede ayudarnos y reforzarnos mutuamente.

¿Qué relevancia dan los medios de comunicación a la información política?

Cada vez mayor. El ciudadano está ávido de saber qué hacen sus políticos y de exigirles responsabilidades. El prestigio de un medio se mide, en buena medida, por las exclusivas políticas que ofrece. Si hablamos de periódicos, otras secciones han reducido papel, pero en política la mayoría mantiene su número de páginas, con sus artículos de opinión sobre esta materia. Incluso podríamos poner como ejemplo la específica sección del diario El País, en su soporte digital, sobre política, creada de manera más reciente. Además, también crece la cifra de blogs dedicados específicamente a este tipo de información.


Hector González.
Presidente de la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos APPV.
www.periodistasvalencianos.es
@_APPV_ 
@Hectogonz