Ansiedad demoscópica

Con la publicación del R.D. de Convocatoria electoral del 1 de abril se inicia la cuenta atrás para las Elecciones Europeas en un escenario que busca relanzar el protagonismo de un conglomerado institucional multinivel para romper esa histórica desafección de la ciudadanía europea con sus Instituciones reflejada en un constante aumento de la abstención en datos agregados a nivel europeo (43.2%-94;50.9%-99;53.7%-04 y 57.1%-09). Social-demócratas y Demócrata-cristianos han obtenido en todas las confrontaciones la confianza mayoritaria de los votantes consolidando un bipartidismo que también es dominante en la mayoría de los Estados de nuestro entorno. Ambas fuerzas políticas han contado con una amplia mayoría en el Europarlamento sumando casi dos terceras partes del mismo, aunque también los datos evidencian una pérdida de apoyos, que si bien no es excesivamente significativa sí que refleja una ligera tendencia a la baja (62.68%-94;62.39%-99;61.09%-04 y 55.44%-09). El debate a nivel europeo en estos momentos es ver si esa tendencia confirma la caída del bipartidismo y el auge de nuevas formaciones que poco a poco han ido fagocitando electores a ambos lados del espectro político. Sin embargo, los datos de la última proyección del PE por parte de TNS Opinion del pasado 20 de marzo, avanzan otra mayoría sólida en torno a populares y socialistas (EPP 28.10 % y 211 diputados; S&D 27.43% y 206 diputados; el 55.53%  de los votos y 417 escaños de los 751 del PE, el 55.52%)

Uno de los principales cleavages del movimiento europeo es que las élites entienden y asumen la importancia de conformar una euroregión que pueda hacer frente a los nuevos retos de la geopolítica, pero eso no es percibido por la ciudadanía que tampoco ahora se ve aleccionada por las novedades institucionales que presentan estas elecciones, que sin lugar a dudas son un avance en la dinámica por solucionar el déficit democrático de la UE. Un déficit lastrado por la dinámica de los Estados miembros que ha prevalecido sobre la Política común y cuyo mayor fracaso fue el proyecto de Constitución europea que dio paso al Tratado de Lisboa para intentar reconducir la situación.

Las estimaciones de voto sobre votos válidos que nos aparecen en los distintos medios de comunicación que publican encuestas preelectorales, buscan establecer el peso político (el porcentaje de votos válidos) como paso previo al reparto de escaños. Y ello conlleva que se eliminen en las encuestas, los datos relativos a los indecisos y la abstención y, en el reparto de escaños, la abstención, los votos en blanco y los nulos. En esta estimación, que los propios medios suelen denominar intención de voto, se aplica el modelo correspondiente y se calcula el porcentaje de votos para cada Partido político bajo la conjetura y/o presunción de que serán muy parecidos a los votos válidos  en las elecciones de referencia.

A nivel nacional nos encontramos un escenario apasionante. La indiscutible mayoría electoral alcanzada por el PP en la Generales de 2011 está siendo cuestionada por una Izquierda que "huele" poder y necesita creerse que es capaz de lograr desbancar a la Derecha a golpe demoscópico. Un aluvión de encuestas están aportando datos en el último año insistiendo en esa caída, además de la ruptura del tradicional bipartidismo nacional que PP y PSOE han ejercido y que ahora puede superarse ante el ímpetu de nuevos actores que buscan conformar una "mayoría social" que legitime sus aspiraciones. Las encuestas de febrero de 2014 publicadas en El periódico y en la Razón reflejaban  la tendencia de los estudios demoscópicos de los últimos meses y apuntaban a la subida de otros opciones minoritarias, especialmente Izquierda Unida y UPyD. Tanto GESOP como NC Report vienen a coincidir en los resultados que otorgan al PP un 30/31% de los votos, PSOE sobre el 28%, IU 11/12% y UPyD entre 7/9 %. GESOP traslada los resultados de las europeas a las generales con resultados similares, vaticinando una caída de más de 20 puntos del PP, lo que abriría un nuevo escenario parlamentario más próximo al sistema escandinavo que al centroeuropeo, con 6/7 partidos mayoritarios sin que ninguno sobrepase el 25%, lo que potenciaría una política de pactos y coaliciones. La abstención sigue la tendencia al alza, especialmente tras las europeas de 2004 (40.9%-94;37%-99;54.9%-04 y 55.1%-09) si bien la media se sitúa por debajo de la europea (46.97%), un dato a tener en cuenta.

En la Comunidad valenciana asistimos quizás a la más intensa batalla electoral por ser históricamente un "granero" de votos del centro-derecha español hegemónico en el Consell desde la Cuarta Legislatura y vamos ya por la Octava. Trasladando los resultados de la encuesta de GESOP para el Periódico y comparándolos con los de la última encuesta facilitada por la Cadena SER, los resultados vuelven a coincidir, rompiendo la barrera del 30% para el PP que quedaría a merced de los nuevos actores en Les Corts como UPyD en una horquilla del 11/13% y la respuesta electoral de C's o VOX. El tripartito aglutinaría a las fuerzas "progresistas" con un PSOE en tendencia también bajista que sigue sin arrancar con un 21.2%, y Compromís e IU alcanzado cuotas entre el 12/15% y ejerciendo una labor de liderazgo en la Oposición que podría generarles problemas en el medio plazo si tienen que cambiar el "chip" de oposición por el de gobierno. Por otro lado habrá que seguir la evolución de la participación en nuestra Comunitat, una de las más altas del Estado, que ha situado la abstención, aun siguiendo la misma tendencia global en niveles inferiores al nacional y europeo ( 35%-94;32%-99;49.6%-04 y 47.2%-09, con una media del 40.95%) otra incógnita para la ecuación.

Todas las proyecciones recogidas en el Electometro.com, tanto a nivel nacional como autonómico y las reflejadas por los distintos medios de comunicación (Metroscopia, GAD-3, GESOP,NC Report) coinciden en el mismo mensaje, evitando tener que despejar la incógnita de los indecisos, que siguen al alza para constatar ese porcentaje en aumento de la abstención que superando la barrera del 50% deja muy abiertos los resultados ante el tan temido "voto oculto".

El marco jurídico de estas elecciones determina también que se vote en clave nacional y que se gestione el famoso "voto de castigo". El ciudadano no percibe la trascendencia de su voto ya que la decisión de castigar al partido gobernante no puede volverse contra él. Pero no podemos obviar  la capital importancia de las elecciones europeas, y el nuevo papel del Parlamento como pieza esencial del sistema europeo de toma de decisiones que nos afectan como ciudadanos de la UE.

Menos de 60 días para comprobar el veredicto de la verdadera encuesta, la del 25 de mayo. Las encuestas preelectorales preparan el terreno de una batalla electoral donde todo vale para poder alcanzar esa mayoría que te permita gobernar y que en el caso de estas elecciones europeas las han convertido en unas primarias para todas las fuerzas políticas como antesala de las que tienen una proyección más directa en nuestro día a día, y que tienen su cita en el 2015. Los nuevos actores en estas elecciones intentarán marcar tendencia como propuestas alternativas y transversales al eje PP-PSOE, pero que su verdadera fuerza se tendrá que confirmar en las locales y autonómicas que serán su verdadera reválida antes de las generales. Una oleada de análisis que generan una patología de ansiedad ante las posibles expectativas, y que el ejemplo de las municipales francesas ha constatado. Alea iacta es.

Juanvi Pérez
Politólogo y socio de AVAPOL

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