Nos ha hablado en su ponencia sobre el Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales y para los que estamos acostumbrados
al mundo académico del derecho y la Ciencia Política, sabemos de la nutrida actividad
del centro, sus publicaciones y demás. Pero para alguien que sea ajeno a esta
realidad, en un plano más divulgativo, ¿podría decirnos a qué se dedica
exactamente la institución que Ud. preside?
Pues
mira, simplificando al máximo: es un organismo público que depende de la
presidencia del Gobierno, y que tiene dos facetas. Una es más académica:
Máster, libros, revistas, etcétera. Es decir, es una especie de escuela de
altos estudios de Ciencia Política postuniversitarios, digamos. Y luego tiene
la faceta de think tank público, es
decir, de un lugar pues donde el Gobierno encarga informes, encarga proyectos
de ley, encarga debates sobre cuestiones que son de carácter técnico pero que
en definitiva pues responden a la denominación de la casa como Centro de
Estudios Políticos por una parte, y especialmente Constitucionales.
De acuerdo. Al hilo de lo que me comentaba, de
que había líneas de trabajo específicas, decía en su conferencia que hay una
línea de investigación sobre regeneración democrática y sobre la Ley de
Transparencia. Lo que veo es que se inicia en 2012, coincidiendo con su
llegada. ¿Cómo se encuentra esta línea de trabajo actualmente?
Pues
mira, el plan de regeneración democrática está en parte elaborado con la Ley de
Transparencia, en parte, en fase proyecto de ley, que son las que he mencionado
de control económico y financiero de los partidos y del estatuto de los altos
cargos y también reformas penales y procesales. Y en parte también estamos
elaborando un tema que me parece especialmente importante que es la
participación de los ciudadanos en las instituciones. Entonces ahí tenemos
cuatro o cinco grupos de trabajo abiertos: sobre elecciones, el funcionamiento
de los parlamentos, la democracia interna de partidos, sobre mecanismos de
democracia directa. De todo eso estamos oyendo a expertos, a organizaciones
sociales, a profesores, y vamos a ver si podemos cumplir con el mayor éxito
posible la tarea.
¿Cuál diría que ha sido su experiencia e
hitos principales desde que usted es Director del CEPC?
Yo creo
que la elaboración del plan de transparencia, la Ley de Transparencia, es uno
de los aspectos más importantes. Hemos procurado sobre todo revitalizar el
Centro en la línea de tener actos continuos de presentaciones de libros y de
actos públicos. Por ejemplo, en estas últimas semanas ha habido presentación de
libros sobre temas territoriales: Nacionalismo, Estado Autonómico, etcétera.
Estos días, temas europeos. Es decir, más que un hito quizá lo que yo trato de
imprimir en la casa es una sensación de actividad constante para responder a
las preocupaciones de los ciudadanos sobre la democracia.
Me he quedado con la frase que ha dicho usted
en su conferencia: “El político profesional daña el sistema”. Es decir, la
profesionalización del alto cargo político que no tiene una actividad
profesional detrás, y esta frase ha dado lugar a muchos titulares en prensa por
lo que yo he podido rastrear. ¿Podría darnos cuatro pinceladas sobre esto?
Sí, a
ver. Precisando exactamente lo que yo quiero decir, lo que creo que no es bueno
para la democracia es que la política se convierta en un modo de vida. Es
decir, que la gente viva de la política porque claro, eso priva de
independencia, priva de libertad, y lógicamente eso acaba repercutiendo
negativamente en la calidad de las instituciones. Una cosa diferente es que el
político tenga una buena formación, ¿eh? No tiene nada que ver, es decir, el
profesional de la política es quien vive de la política. Y la persona con
formación que ha tenido una experiencia en la vida laboral y en la vida social
y en la vida empresarial es muy útil para la política porque aporta una visión
diferente y también aporta independencia: la que da el poder entrar y salir,
digamos, con criterio propio. A mí me parece que esa es una de las grandes
cuestiones a medio plazo de nuestra democracia y de otros países.
Sí, ahí cuando comentaba en su conferencia lo
del modelo anglosajón y decía usted: “Es que allí cuando uno llega a Senador,
ya es alguien”.
El modelo
sobre todo norteamericano, incluso el inglés está un poco a medias. Pero el
modelo norteamericano, claro, es una sociedad muy potente en la cual la
política es su punto de llegada, la culminación de una carrera. En Europa el
modelo de partidos es más rígido y exige, digamos, una vida de partido que a lo
mejor a ciertos niveles ya de éxito económico o profesional pues mucha gente no
está dispuesta a tener.
A renunciar, también. Y una última pregunta y
ya no le robo más tiempo.
¡No te
preocupes, yo encantado! Si a mí hablar de estas cosas, como te puedes
imaginar, me divierte.
Es natural. Pues por último, preguntarle qué
le merecen iniciativas como ésta que organizan hoy AVAPOL y la UPV.
¡De lo
más positiva! Es decir, debatir sobre estas cuestiones, primero: es un
ejercicio de democracia, porque la democracia lo primero que significa es que
las personas nos veamos y hablemos e intercambiemos criterios y opiniones, y
también discutamos. Es decir, no hay que tener miedo al debate y a la
diferencia de opiniones. Como has visto en el coloquio hay gente que ha
discrepado mucho de lo que yo decía y eso me ha parecido enormemente positivo,
es decir: la unanimidad siempre me hace sospechar, ¿eh? Me gusta el debate. Por
tanto, quiero felicitar a AVAPOL porque creo que es una iniciativa estupenda
que hay que repetirla y por supuesto colaborar siempre que me sea posible estaré
encantado de colaborar.
Muchas gracias. Y una última cuestión: ¿Cómo
le explicaría a un ciudadano de a pie aquellos titulares en los que usted
decía: “Es que un político no gana lo suficiente”? Que ha sido quizá el titular
más mediático que ha tenido últimamente…
¡Claro! [Risas]
No, no, vamos a ver: hay que explicarlo bien. Primero, es una reflexión
incidental en el marco de un debate mucho más amplio que eso. Lo que yo quería
llamar la atención es sobre el hecho de que a los políticos, sobre todo en los
altos niveles, tienen unas responsabilidades muy grandes y cuando están
sentados en la mesa pues con la gente de las grandes empresas, etcétera, claro,
su nivel retributivo, la gran empresa o la gran entidad financiera le parece…
en fin, que no es el de una persona relevante. No se trata, por supuesto, ni de
plantear ni siquiera en la imaginación de este momento una subida de sueldo. Se
trata de ser consciente de que hay puestos de mucha responsabilidad que en
buena medida necesitan tener el estatuto que corresponde a ese planteamiento.
En otros países europeos también se ha planteado, existe ese debate de madurez
de la sociedad y no necesariamente ni siquiera implica incremento del gasto
público porque es que hay muchos puestos que están perfectamente retribuidos o
que podrían retribuirse de otra manera a través de dietas. Es decir, que no se
trata de… ¡faltaría más! Hay que mejorar el reconocimiento de la
responsabilidad, que eso significa que también permitiría que haya cierta gente
que no se quiera dedicar a la política que pudiera pensar en dedicarse. Es una
reflexión a medio plazo y es un tema, bueno, insisto, que en otras sociedades
ya se ha planteado. Y aquí algún día nos lo podremos plantear.
Lucia Campos Seguí
Junta Directiva AVAPOL
@lcampossegui
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